La Torre de Suso

Por lucy liu

Esta semana en la que tenía varias apuestas, al final ganó la partida La Torre de Suso y con poker de ases.

La Torre de Suso es la opera prima de Tom Fernández. Tom que hasta el momento ha trabajado como guionista, tiene en su haber el exitoso guión de la serie Siete Vidas, que tantas temporadas supo mantenerse en pantalla con una nutrida legión de seguidores.

Para su debut en la gran pantalla también ha reunido a un grupo de actores conocidos de la pequeña pantalla, algunos de los cuales ya conocía, como es el caso de Javier Cámara y Gonzalo de Castro por haber trabajado anteriormente con ellos en la citada serie.

Cundo (Javier Cámara) vuelve a su Asturias natal, tras diez años de autoimpuesto exilio en Argentina, para acudir al entierro de Suso, uno de sus amigos de toda la vida. Ahí se reencontrará con el resto de sus amigos, Mote (César Vea), Fernando (Gonzalo de Castro) y Pablo (Jose Luis Alcobendas), exnovias y ex –amantes. Pero también con heridas abiertas y apuestas perdidas. A todos les queda saber qué harán con las cenizas de su amigo y con unos garabatos de una torre que Suso tenía en su casa.

La Torre de Suso es ante todo una historia emotiva y costumbrista, de esas que llegan a lo más hondo. Una película para recordar y comentar. Aunque la tilden de comedia, creo que sería más correcto definirla como una tragico-comedia, pues aunque hay varios gags que inundan el metraje, no es el típico humor blanco, si no más bien un humor negro derivado del drama que es la vida. Una historia y unos personajes que por lo comunes conectan con el público desde el primer minuto. Pues al fin y al cabo es una historia tan real que a cualquiera puede sucederle.

El personaje de Cundo, que vuelve a su tierra, vendiendo un éxito y una felicidad logrados que más que por inducir a la envidia, es él mismo el que quiere convencerse a si mismo de que el hecho de su huida a servido para algo. Con unos padres, a los que tras los años ve de otra manera y ahora se siente en la obligación de pedirles un perdón y una redención por los años pasados.
Fernando, quien siempre había sido el prudente del grupo ha llevado adelante esa prudencia en el tiempo, es el más sensible y el que aparentemente más sufre. Para todos aquellos que siguieron la serie Siete Vidas, puede que encuentren cierto paralelismo con el personaje de Fernando y el de Gonzalo en la serie, que casualmente interpreta el mismo actor, Gonzalo de Castro. Aunque no es un dato que desmerezca a la película.

Mote es el tipico tranquilo, que parece tomarse la vida a cachondeo y que todo lo exagera y Pablo es la contención y la resignación personificadas; se ha quedado en el pueblo tras la muerte de su padre haciéndose cargo del negocio familiar de ganaderia. Es el buen chaval y el sufridor y al que más le cuesta expresar sus sentimientos.

Aunque a primera vista parezca que los personajes masculinos son los que soportan toda la carga de la trama, no hay que olvidar a los personajes femeninos de la cinta. Fany Gautier, que interpreta a Rosa, la esposa de Fernando y antigua novia de Cundo. Mariana Cordero como Mercedes, abnegada madre de Cundo que sirve como homenaje a todas las madres y Malena Alterio en el papel de Marta, ex – amante de Cundo. De todos ellos me quedo con este último, que aunque parezca surrealista refleja a la perfección el devenir de los años.

Una película que se sostiene a las mil maravillas por la historia y por unos actores que saben trasmitir a la perfección esa cotidianidad que es la vida.

Reconozco que parte de las películas que más me gustan son de este tipo. Películas que me aportan algo a los sentidos y lo que es más importante a los sentimientos, y ésta cumple a la perfección con todas las dosis, te arranca una sonrisa o una carcajada pero también fluye una fugitiva lágrima.

Comentar como curiosidad que la torre que aparece en la película fue construida por los estibadores de Asturias que tardaron seis dias en ponerla en pie.

Aunque la cinta está rodada en su totalidad en Asturias, cuestión que la proporciona unos decorados inigualables y hay varias referencias a esa zona minera, según el propio director no quiso pecar de localismos, si no solamente hacer referencia a una tierra que conoce muy bien y que al igual que a sus personajes, también lo vio crecer.

La voz en off de Suso que nos acompaña durante la película pertenece a Alberto Rodríguez, actor asturiano que lidera Terapia de Grupo, programa de entretenimiento que emite la televisión asturiana, si queréis ver como se las gasta podéis echar un vistazo por aquí.

En resumidas cuentas, La Torre de Suso es una película que aconsejo ver a todos. En su día el trailer me atrapó y el verla en su totalidad me ha cautivado y tomando prestadas palabras del director es que la vida son cosas que pasan y tanto las buenas como las malas hay que vivirlas con naturalidad y tirar p´alante.

Mi Puntuación: 9/10
Lo mejor: La historia y sus personajes
Lo peor: No acordarme de la canción de una escena
La escena: Los cuatro amigos cogiendo altura en la torre
La frase:
- Cundo¡

- ¿Qué?

- Engordaste

Contenido: Drama: 3, amor: 3, comedia: 2