Por AzidPhreak
No hace mucho que por estas páginas me asombraba de la calidad de la primera entrega de Millenium, la serie inconclusa del malogrado Stieg Larsson. Su gran baza era, en resumidas cuentas, que la película sintetizaba con notable acierto la historia que Larsson describía (en ocasiones hasta la saciedad) en el libro. No era pues de extrañar, que hace unos días encontráseis a un Azid pletórico y lleno de esperanzas en la puerta de cualquier sala que proyectara la segunda aventura de mi adorada Lisbeth Salander. Reconozco que mis expectativas rayaban lo irreal, por lo que el bofetón se ha podido oir con claridad en Melmac.
Lisbeth Salander es la mujer más buscada del país. Dos colaboradores de Millennium, a punto de sacar a la luz un escándalo sobre el comercio sexual en Suecia, han sido brutalmente asesinados y las huellas de Lisbeth están en el arma homicida, lo que añadido a su historial de comportamiento vengativo e impredecible, la convierten oficialmente en un peligro para la sociedad. Sin embargo, nadie puede encontrarla. Mientras, Mikael Blomkvist, editor jefe de Millennium, no cree lo que se dice en las noticias y sabiendo que Salander es feroz cuando se siente amenazada, está desesperado por encontrarla antes de que la acorralen. A medida que encaja las piezas del puzzle, Blomkvist se enfrentará a peligrosos criminales incluyendo al gigante rubio, un temible y enorme matón incapaz de sentir dolor. Blomkvist saca también a la luz algunos datos desgarradores sobre el pasado de Salander. Puesta en manos de instituciones psiquiátricas desde los 12 años y declarada legalmente incapacitada a los 18, es una joven deshecha y confundida producto de un sistema injusto y corrupto. Sin embargo, Lisbeth es más un ángel vengador que una víctima indefensa, y arremete con justa ira sobre los que la han herido.... Segunda parte de su Trilogía Millennium, adaptaciones de las exitosas novelas de Stieg Larsson. (FILMAFFINITY)
Para empezar la historia en pantalla se hace muy pesada. Hay multitud de elementos narrativos que llevados a la pantalla se deben (oiganme bien señores guionistas) agilizar con cualquiera de los múltlipes recursos que la pantalla grande ofrece. En caso contrario estaremos hablando de bodrios del calibre de El Código da Vinci, en la que solo faltó una voz en off que dictase los puntos y las comas. Con Millenium 2 ha pasado algo parecido: hay escenas literalmente calcadas del libro, aunque reconozco que hay pasajes que considero necesarios (el "marido maltratador" del hotel por ejemplo) que ni se insinúan en la película. Da la sensación de que todo se ha rodado deprisa y corriendo y que "como la primera funcionó vamos a hacer algo sobre la marcha antes de que se pase la moda". Creo que, en resumen, los guionistas no han sabido sintetizar con un mínimo de acierto en 129 minutos, nada más y nada menos, la caja de los truenos que es La Chica Que Soñaba con Una Cerilla y un Bidón de Gasolina.
Los personajes, en especial Lisbeth, que en la primera historia se definían con bastante acierto, aparecen aquí muy desdibujados y carentes del carisma que Larsson les imprime en el libro. Noomi Rapace (aka Lisbeth Salander) me sigue pareciendo extremadamente sensual y morbosa, pero parece como si hubiera actuado porque estaba en el contrato. No veo el corazón y la furia que vi en la primera película (y que si anega el segundo libro). En cuanto a Michael Nyqvist, sólo diré que no recuerdo una sola escena en la que estuviera convincente.
Lo Mejor: Que en algún momento termina y que hay leves destellos de lo que es el libro (muy recomendable, por otra parte).
No hace mucho que por estas páginas me asombraba de la calidad de la primera entrega de Millenium, la serie inconclusa del malogrado Stieg Larsson. Su gran baza era, en resumidas cuentas, que la película sintetizaba con notable acierto la historia que Larsson describía (en ocasiones hasta la saciedad) en el libro. No era pues de extrañar, que hace unos días encontráseis a un Azid pletórico y lleno de esperanzas en la puerta de cualquier sala que proyectara la segunda aventura de mi adorada Lisbeth Salander. Reconozco que mis expectativas rayaban lo irreal, por lo que el bofetón se ha podido oir con claridad en Melmac.Podría resumir todo esto diciendo que todo lo que funcionó en la primera aquí permanece ausente y todo lo que sobraba aparece con más fuerza (hasta la aparente desidia en actores que parecen actuar por puro trámite).
Vaya por delante que tengo ya leídos los dos primeros títulos de la saga y si bien del primero me parecieron un poco tediosos algunos pasajes, a pesar de que la sensación global me pareció buena, el segundo me ha mantenido atrapado de principio a fin. Es por ello que pensaba que la película iba a ser trepidante y que me engancharía desde el primer momento, pero el resultado ha sido muy deficiente y aburrido a más no poder.
Lisbeth Salander es la mujer más buscada del país. Dos colaboradores de Millennium, a punto de sacar a la luz un escándalo sobre el comercio sexual en Suecia, han sido brutalmente asesinados y las huellas de Lisbeth están en el arma homicida, lo que añadido a su historial de comportamiento vengativo e impredecible, la convierten oficialmente en un peligro para la sociedad. Sin embargo, nadie puede encontrarla. Mientras, Mikael Blomkvist, editor jefe de Millennium, no cree lo que se dice en las noticias y sabiendo que Salander es feroz cuando se siente amenazada, está desesperado por encontrarla antes de que la acorralen. A medida que encaja las piezas del puzzle, Blomkvist se enfrentará a peligrosos criminales incluyendo al gigante rubio, un temible y enorme matón incapaz de sentir dolor. Blomkvist saca también a la luz algunos datos desgarradores sobre el pasado de Salander. Puesta en manos de instituciones psiquiátricas desde los 12 años y declarada legalmente incapacitada a los 18, es una joven deshecha y confundida producto de un sistema injusto y corrupto. Sin embargo, Lisbeth es más un ángel vengador que una víctima indefensa, y arremete con justa ira sobre los que la han herido.... Segunda parte de su Trilogía Millennium, adaptaciones de las exitosas novelas de Stieg Larsson. (FILMAFFINITY) 
Para empezar la historia en pantalla se hace muy pesada. Hay multitud de elementos narrativos que llevados a la pantalla se deben (oiganme bien señores guionistas) agilizar con cualquiera de los múltlipes recursos que la pantalla grande ofrece. En caso contrario estaremos hablando de bodrios del calibre de El Código da Vinci, en la que solo faltó una voz en off que dictase los puntos y las comas. Con Millenium 2 ha pasado algo parecido: hay escenas literalmente calcadas del libro, aunque reconozco que hay pasajes que considero necesarios (el "marido maltratador" del hotel por ejemplo) que ni se insinúan en la película. Da la sensación de que todo se ha rodado deprisa y corriendo y que "como la primera funcionó vamos a hacer algo sobre la marcha antes de que se pase la moda". Creo que, en resumen, los guionistas no han sabido sintetizar con un mínimo de acierto en 129 minutos, nada más y nada menos, la caja de los truenos que es La Chica Que Soñaba con Una Cerilla y un Bidón de Gasolina.
Los personajes, en especial Lisbeth, que en la primera historia se definían con bastante acierto, aparecen aquí muy desdibujados y carentes del carisma que Larsson les imprime en el libro. Noomi Rapace (aka Lisbeth Salander) me sigue pareciendo extremadamente sensual y morbosa, pero parece como si hubiera actuado porque estaba en el contrato. No veo el corazón y la furia que vi en la primera película (y que si anega el segundo libro). En cuanto a Michael Nyqvist, sólo diré que no recuerdo una sola escena en la que estuviera convincente.No me voy a extender mucho más, porque realmente no lo merece. Suelo detectar si algo me ha gustado o no por el número de veces que miro el reloj durante una proyección. Os aseguro que fueron unas cuantas. La sensación final que me quedó es la misma que recibo a eso de las seis de la tarde en el sillón de mi salón un domingo y veo los créditos finales del telefilm de turno, al despertar de una provechosa siesta. Soporífera, lenta y rodada "de mala gana". Mucho tendrá que mejorar la tercera película para que me acerque a verla.
Nota: 2/10
Lo Mejor: Que en algún momento termina y que hay leves destellos de lo que es el libro (muy recomendable, por otra parte).
Lo Peor: Todo lo que acontece desde que se apagan las luces de la sala.
La Escena: No sabría cómo "salvar" alguna, por mucho que Lisbeth aparezca un par de veces como Dios la trajo al mundo (motivo por el que la pongo un 2 en lugar de un 1).
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