Con la buena carta de presentación, como ser candidata por España a representarnos en los Oscar, si es que por fin la Academia de Hollywood la elige, se ha estrenado el último trabajo de la actriz y directora Iciar Bollaín. Su carrera siempre ha estado marcada por una clara mirada hacia el compromiso y la denuncia social, y como no podía ser menos También la lluvia lleva una buena ración de estas cualidades.
También la lluvia se reúne de un nutrido grupo de estupendos actores para con la excusa de mostrarnos las peripecias de un rodaje sobre Cristóbal Colón en medio de Cochabamba, entrelazarnos el suceso real que dicha localidad boliviana sufrió en el año 2000, la problemática de la privatización del agua. Pero afortunadamente, no cae en la demagogia barata ni en sentimentalismos de medio pelo. Nos muestra unos personajes y personalidades muy definidas con sus consecuentes evoluciones y unas realidades sociales que están ahí. Puede que el hábil guión de Paul Laverty, recordemos que es habitual de Ken Loach y en estas lides está más que curtido, y la diligencia de la mano directora, manos que se unen fielmente tanto dentro como fuera de los platós, haya sido la fórmula secreta para firmar una película redonda en su más amplio sentido.
Y aunque el guión y la dirección sean dos de las bazas más importantes en la película, nada de esto resultaría creíble sin un equipo actoral a la altura, y en este apartado no han podido estar mejor rodeados. Luis Tosar, del que me sigo reafirmando, papel tras papel, en que estamos ante un grande de la escena, al que nada se le pone por delante y tanto borda, hablando en plata, al mayor cabrón, como al más pusilánime; encarna a Costa, un productor implacable al que lo único que le importa son los resultados y que las cuentas salgan claras. Gael García Bernal, que con su siempre aspecto de desvalido nos retrata a las mil maravillas a ese director entusiasta e idealista. Un Karra Elejalde en estado de gracia que una vez más nos demuestra de todo lo que es capaz, dando vida a ese actor de vuelta de todo y amigo de la botella pero con una gran lucidez. No menos notable es la participación del actor boliviano Carlos Aduviri quien da vida al líder indígena Hatuey y paralelamente encabeza la lucha de la guerra del agua. Es notable la perfilación de todos los personajes, que solamente con sus actos y palabras nos encuadran a la perfección en lo que cada uno de ellos representan dentro de la cinta así como su evolución a través del metraje, cómo se moldean las personalidades, los actos y las motivaciones derivadas de los acontecimientos que surgen a su alrededor. 
La trama de la película abre diferentes bandos a tratar, por un lado la trama central que podría ser el rodaje que llevan a cabo en Cochabamba, una cinta sobre Cristóbal Colón y la conquista de América, en la que el director quiere dar una visión más sobre la personalidad del marino. Las motivaciones de todo el equipo de rodaje y de cómo se enfrentan a el, pero dentro de la propia película a rodar encontramos otras subtramas, como es la posición del colonialismo y todo lo que ello conlleva. Y rodeándolo todo la recreación del suceso real de la guerra del agua en la que tanto el equipo de rodaje indígena como el extranjero deberán tomar parte. Con estos temas tan peliagudos en los que es inevitable que se vea involucrado el dolor humano, no sería difícil caer en la demagogia barata, afortunadamente la cinta sale airosa de esta tarea. Pues aunque si que es cierto que algunos personajes evolucionan en sus convicciones, despojándose de su coraza materialista también se nos expone el posicionamiento humano de que el dolor propio duele más que el ajeno, y las propias metas están justificadas. Una postura un tanto maquiavélica que a la postre es la que rige al mundo. Aunque también se de la posibilidad de que el ser humano al que le corre sangre por la venas en vez de horchata al final se vea tocado por el dolor ajeno y se le revuelvan las tripas.
En definitiva unos planteamientos, actuaciones, buen guión y mejor dirección que enmarcados en unos decorados naturales inmejorables hacen de También la lluvia una película redonda y imprescindible dentro del panorama cinematográfico actual, una cinta de personajes basados en una historia inmejorable.
Mi nota: 9/10
Lo mejor: No caer en demagogias
Lo peor: Que alguien no la de una oprtunidad por pensar que es un panfleto más
La escena: El abrazo final entre Costa y Daniel
La frase: Está bien que alguien te necesite
Contenido: Drama: 3, Violencia: 2
Escuchando: Dios de la lluvia - El último de la fila
3 chismorreos:
Un saludo
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