Me resulta grato comprobar como en estos tiempos en los que los grandes estudios corren al archivador en busca de viejas glorias que resucitar, remakes que realizar y secuelas que revitalizar para paliar la palpable crisis imaginativa que está sufriendo el mundo del cine, hay estudios como Pixar que continúan apostando por historias tan entrañables, arriesgadas y acertadas como la que nos ocupa, una romántica historia de amor entre dos robots con un trasfondo de crítica ecológica y social de fondo.
En el año 2700, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido -limpiar el planeta- el pequeño robot WALL•E (la abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con un lustroso robot explorador llamado EVE. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia y vivirán una emocionante e inolvidable aventura...
Ante todo he de decir que creo haber visto la mayor poesía visual animada de la historia del cine. Bien es cierto que hacia el tramo final, la trama pierde un poco de fuerza y cae en alguno de los tópicos del cine infantil, pero aún así, Wall-E merece estar en lo más alto de las películas animadas hasta la fecha.
Los primeros 45 minutos, absolutamente carentes de diálogo, son una verdadera maravilla. La rutina del día a día del pequeño robot, que ha aprendido a sobrellevar la soledad de la mejor manera posible, y la posterior ruptura de la misma por un suceso inesperado, son narrados con gestos y sonidos de una manera magistral. Tiemblo de emoción al pensar el qué hubiera ocurrido si la película entera hubiera seguido este patrón y hubiera permanecido muda hasta los créditos finales. La banda sonora aquí también tiene su parte de culpa, pues a mi me pareció exquisita. Sinceramente no había visto nada igual hasta la fecha.
A partir de que el pequeño Wall-e abandona la Tierra, la trama recupera el diálogo, aparecen más personajes y sin llegar a caer demasiado, la historia baja un poco el ritmo y cae en algún que otro tópico de las películas de Pixar, aunque en esta ocasión la forma en la que se intenta transmitir la idea crítica de la película me pareció fantástica. Digamos que el mensaje que transmite no es lo que la hace especial. Es la forma en la que se cuenta la que hace que Wall-e llegue a calar hondo y salgas frotándote incrédulo los ojos al salir del cine.
La segunda parte se desarrolla en un escenario bastante más aséptico y brillante que la primera. Hay escenas donde los personajes desfilan por la pantalla cual extras de la mítica Cleopatra, persecuciones caóticas con seres y humanos a la carrera, bromas acertadas, romance e incluso algún que otro homenaje entre los que yo destaco (por gracioso) el que Pixar brinda a HAL 9000, el robot que inmortalizara Kubrick en 2001, Una Odisea del Espacio. Toda esta segunda parte me gusta un poco menos que la primera porque es cierto que cae en ciertos tópicos y situaciones típicas de las películas de Pixar, pero aún así (y siempre en mi opinión) es superior a todo lo visto de Pixar anteriormente.
No quiero entrar en más detalles porque sería incurrir en contar partes de la película y esta es una historia que, más que nunca, debe ser disfrutada con los cinco sentidos, pues transmite agradables sensaciones por los cuatro costados.
Una vez más Pixar se ha mejorado a si misma mostrándonos que no todo está escrito y que aún pueden seguir asombrando tanto a niños como a adultos. Desde aquí os animo a comprobar que hay veces que una crítica no puede recoger toda la maravillosa esencia que una pantalla de cine puede transmitir.
En el año 2700, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido -limpiar el planeta- el pequeño robot WALL•E (la abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con un lustroso robot explorador llamado EVE. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia y vivirán una emocionante e inolvidable aventura...
Ante todo he de decir que creo haber visto la mayor poesía visual animada de la historia del cine. Bien es cierto que hacia el tramo final, la trama pierde un poco de fuerza y cae en alguno de los tópicos del cine infantil, pero aún así, Wall-E merece estar en lo más alto de las películas animadas hasta la fecha.
Los primeros 45 minutos, absolutamente carentes de diálogo, son una verdadera maravilla. La rutina del día a día del pequeño robot, que ha aprendido a sobrellevar la soledad de la mejor manera posible, y la posterior ruptura de la misma por un suceso inesperado, son narrados con gestos y sonidos de una manera magistral. Tiemblo de emoción al pensar el qué hubiera ocurrido si la película entera hubiera seguido este patrón y hubiera permanecido muda hasta los créditos finales. La banda sonora aquí también tiene su parte de culpa, pues a mi me pareció exquisita. Sinceramente no había visto nada igual hasta la fecha.
A partir de que el pequeño Wall-e abandona la Tierra, la trama recupera el diálogo, aparecen más personajes y sin llegar a caer demasiado, la historia baja un poco el ritmo y cae en algún que otro tópico de las películas de Pixar, aunque en esta ocasión la forma en la que se intenta transmitir la idea crítica de la película me pareció fantástica. Digamos que el mensaje que transmite no es lo que la hace especial. Es la forma en la que se cuenta la que hace que Wall-e llegue a calar hondo y salgas frotándote incrédulo los ojos al salir del cine.
La segunda parte se desarrolla en un escenario bastante más aséptico y brillante que la primera. Hay escenas donde los personajes desfilan por la pantalla cual extras de la mítica Cleopatra, persecuciones caóticas con seres y humanos a la carrera, bromas acertadas, romance e incluso algún que otro homenaje entre los que yo destaco (por gracioso) el que Pixar brinda a HAL 9000, el robot que inmortalizara Kubrick en 2001, Una Odisea del Espacio. Toda esta segunda parte me gusta un poco menos que la primera porque es cierto que cae en ciertos tópicos y situaciones típicas de las películas de Pixar, pero aún así (y siempre en mi opinión) es superior a todo lo visto de Pixar anteriormente.
No quiero entrar en más detalles porque sería incurrir en contar partes de la película y esta es una historia que, más que nunca, debe ser disfrutada con los cinco sentidos, pues transmite agradables sensaciones por los cuatro costados.
Una vez más Pixar se ha mejorado a si misma mostrándonos que no todo está escrito y que aún pueden seguir asombrando tanto a niños como a adultos. Desde aquí os animo a comprobar que hay veces que una crítica no puede recoger toda la maravillosa esencia que una pantalla de cine puede transmitir.
Mi nota: 8.5/10
Lo mejor: La poesía visual de los primeros 45 minutos.
Lo peor: Que hacia la mitad de la historia cambie el estilo.
La escena: Wall-e llegando a casa y preparando todo para acostarse como cada día y el vuelo junto a EVA.
La frase: “UAAAALI”----“EVAAAA”.
Contenido: Aventuras:3; Romance: 3; Drama:2; Crítica:3; Comedia:4
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Escuchando: Frank Sinatra - Fly Me to the Moon
via FoxyTunes
7 chismorreos:
Espero que lo hayais pasado bien hoy, Rosenrod y yo desde luego que si.
Saludos!!
¿Y tu que haces ahí todavía? Ala, a ver Los Goonies. Que no mentere yo...
Besote.
Una película sencillamente sublime
Por cierto bienvenida/o al Rincón y felicidades por el tuyo (Leeme los Labios). Estéticamente me encanta y en un ratillo me pondré a leerle un poco.
Un saludete.
Me iré pasando de vez en cuando por aqui =) y eres bienvenido a mi rinconcito =)
Cuando he leído tu crítica debo decir con total sinceridad que no tengo nada que decir puesto que estoy totalmente de acuerdo contigo. Me emocionó completamente, me entusiasmó y me satisfizo tal y como yo sabía que sucedería o incluso más.
Sin duda es una película repleta de magia. Muchas escenas se grabaron en mi pupila, por respeto a quienes no la hayan visto, como muy bien dices, me las guardo para el recuerdo.
Quiero agradecer a Kampanilla que me la recomendase tan encarecidamente, pues aunque pensase verla, me impulsó a que no desechase la idea de ir. Kampanilla, me encantó.
Ya me seguirás recomendando.
Muchas gracias.
Esta para mí es de las imprescindibles.
Un saludete!
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