Por Azid Phreak
Siguiendo la tradición de empezar la semana con una pequeña historia hoy os acerco esta de mi paisano Nacho Vigalondo. Ya os hablé no hace mucho de él y de sus genialidades. Yo desde que conozco su trayectoria tiendo a unirlo en el grupo de jóvenes talentos del panorama español. Sus colaboraciones con otros directores de gran valía como Borja Crespo, Borja Cobeaga, Koldo Serra y Rubén Ontiveros no se pueden contar con los dedos.
La historia que os muestro hoy llegó a estar nominada a los Oscar en 2005 y aunque la Academia se lo negó, para mi indudablemente se lo llevó de calle. La frescura y la locura se dan la mano en 7:35 de la mañana. Juzgad vosotros mismos.
Siguiendo la tradición de empezar la semana con una pequeña historia hoy os acerco esta de mi paisano Nacho Vigalondo. Ya os hablé no hace mucho de él y de sus genialidades. Yo desde que conozco su trayectoria tiendo a unirlo en el grupo de jóvenes talentos del panorama español. Sus colaboraciones con otros directores de gran valía como Borja Crespo, Borja Cobeaga, Koldo Serra y Rubén Ontiveros no se pueden contar con los dedos.
La historia que os muestro hoy llegó a estar nominada a los Oscar en 2005 y aunque la Academia se lo negó, para mi indudablemente se lo llevó de calle. La frescura y la locura se dan la mano en 7:35 de la mañana. Juzgad vosotros mismos.
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