Johnny Utah (Keanu Reeves), joven agente del FBI es destinado a Los Ángeles, allí se le asignará el caso de unos atracadores de bancos disfrazados con las caretas de expresidentes de los EEUU. Pero no trabajará solo. Su compañero, un veterano agente (Gary Busey), será el encargado de frenar sus impulsos debido a su inexperiencia.
Su misión será infiltrarse en un grupo de surferos, el cual tiene como líder a Bodhi (Patrick Swayze), un amante de las emociones fuertes, en busca de la ola perfecta, que arrastrará a Utah a situaciones extremas.
Acción trepidante, sobredosis de adrenalina, para esta película de Kathryn Bigelow.
Quiero destacar las escenas de acción, magníficas escenas de surf (algunas dobladas por el 8 veces campeón del mundo de surf, Kelly Slater) y el trepidante salto de paracaidismo. Se ve que la directora se mueve muy bien por este tipo de genero, no hay más que echar un vistazo a su filmografía.
Entre tanto hombre, no podía faltar la actuación de una mujer surfista, en este caso a cargo de Lori Petty, iniciadora de Johnny Utah en el mundo del surf.
Otro punto a resaltar es su increíble banda sonora, la cual un servidor tiene la suerte de tener entre su discografía selecta. Rock puro y duro, en la que cabe destacar los temas Over the edge (L.A Guns), la versión del Smoke on the water de Deep Purple por Loudhouse, Nobody rides for free (Ratt) y más, que no pongo, por dejaros alguna sorpresa.
Tras esto, quiero romper una lanza en favor del mundo del surf. En ningún momento atribuyo a este deporte esa forma de vida, de delincuencia, sexo, drogas…, entiendo que el surf es una forma de vida y que cada uno la interpreta a su manera, pero no por ser surfista se es delincuente.
Bueno, ahora, al que ya la haya visto, le recomiendo verla otra vez, y al que no (¿hay alguien?) pues a verla, no defraudara.
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