Ágora, Mucho Más Que Esplendor

Por lucy liu

Hace ya unas semanas que se estrenó el esperado último trabajo de Alejandro Amenabar, Ágora. Una de las cintas más esperadas de la temporada, junto con otros espectaculares títulos que pronto vendrán.

Ágora constituye una de las más ambiciosas propuestas del director chileno afincado en España. Han pasado ya muchos años desde que este hombre bajito con aspecto de tímido y huidizo se estrenara en el largo con Tesis, una cinta de bajo presupuesto que dejaba al descubierto todos los entresijos de las snuff movies, de las que mucho se habló en una época. Y con los años ha demostrado que su tesis la tenía más que aprobada, y nos ha mostrado todo su arsenal. Amenabar demuestra ser un hombre del renacimiento que abarca casi todas las artes, pues además de escribir sus guiones y dirigirles, ha hilado la melodía de sus películas y la de algún colega más. Con Ágora , su proyecto más ambicioso, tanto en cuestión económica, pues no son nada desdeñables sus más de 50 millones de presupuesto, como de guión.

Ágora nos acerca al siglo IV d.C, a la fructífera ciudad de Alejandría, en la cual la filosofa y astrónoma Hipatia imparte clases de astronomía. Entre sus discípulos, Orestes y el esclavo Davo se debaten por ella. Pero las revueltas que llevan a la desaparición de la biblioteca de Alejandría dejan de lado los amores. Esta es la premisa que nos muestra pero Ágora es mucho más. Pues como comentó el director tiene varias lineas de lectura. Que afortunadamente se dejan ver bastante claras.

Por un lado una linea de película espectacular con unos decorados que recrean de la manera más fiel posible esa ciudad de esplendor que fue Alejandría. Tenemos que recordar que fue rodada en Malta, en los mismos estudios que han servido para rodajes como el de Troya. A primera vista Ágora bebe del género peplum que tantos éxitos tuvo en una época cercana con películas como Ben-hur. Un género muy visual a la vez que entretenido.

Pero Ágora también es mucho más, por un lado, según declaró el propio director, un homenaje a todos los astrónomos y un acercamiento, en este caso, a la figura histórica de Hipatia. De hecho ha sido tal el boom de la película que en el marco literario han proliferado las obras sobre la astrónoma y filósofa alejandrina. Y es que no hay nada como una gran superproducción para que el espectador de a pie nos sintamos fascinados por la figura histórica de algún personaje que de otra manera seguiría sepultado en las arenas del tiempo.

Y es en esta recreación de la figura de Hipatia en la cual se tratan otros temas como la posición de la mujer dentro de la sociedad. Una posición que tanto en su época como en la actual podemos encontrar paralelismos. Pero además y lo más importante se trata el tema de los fanatismos, en este caso religioso. Un fanatismo, que como cualquier extremismo, llevado al límite no puede traer nada provechoso.

Aunque desgraciadamente la historia mundial está plagada de hechos similares, pues desde que el hombre es hombre, el ser humano además de tener la habilidad de tropezar dos veces en la misma piedra también tiene la extraña habilidad de cerrar su mente y no entrar en razón. Por ello el tema tratado en la cinta sustenta la trama, pues lleva al espectador a hacerse la pregunta de por qué ocurrió todo aquello, y cómo una sociedad tan próspera intelectualmente se vio destruida y relegada. Y cómo, muchas veces, la sabiduría y lo desconocido son sinónimos de recelo pues el miedo a lo desconocido, hay ocasiones en las que en vez de hacernos curiosos y hacer aflorar nuestra vena más intelectual saca a relucir nuestra vena más belicosa y traicionera.

Y al hilo del homenaje a todos los astrónomos, uno de los temas principales, es, valga la redundancia, la astronomia, el cómo el hombre a través de los siglos se ha devatido por encontrar una explicación lógica y probable al inmenso cosmos que nos rodea.

Ágora, con todas estas puertas abiertas, logra convertirse en una película más que digna, que hace las delicias de un amplio espectro de públicos, pues no solo entretetiene y mantiene en tensión al que acude ávido de legendarios escenarios si no también al espectador que pretende encontrar un guión más complicado entre tanto antiguo escenario. Y a pesar de que este hombrecillo llamado Alejandro Amenábar no sea todo lo santo de devoción que debiera, reconozco que sus películas se convierten en grandes obras del panoráma cinematográfico.

Mi nota: 8/10
Lo mejor: las preguntas y multitud de aspectos sociales que lanza al vuelo
Lo peor: que entre tanto personaje ninguno sea interpretado por un actor español, cuando supuestamente la producción es epañola
La escena: El acto de contrición de Davo
La frase: Si dos cosas son iguales a una tercera, todas son iguales entre si
Contenido: Violencia: 3, Drama: 4, Amor: 2
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Escuchando: A la luz de una sonrisa de Gritando en silencio
Vía goear