Red de Mentiras, Lo Que Pudo Ser...

Por lucy liu

Desde que oyera hablar sobre el rodaje de Body of lies, en adelante Red de mentiras, la intriga me invadía. Pues era una nueva película de Ridley Scott, y al reparto no le hacía ascos. Si bien el anterior trabajo del director, American gangster me encantó. Así que a priori, Red de mentiras, tenía todas las bazas para hacer lo propio. Pues ahora viene lo complicado comenzar por el principio a exponeros mis impresiones sobre la cinta.

Lo primero que se debe tener para llevar a cabo una película, supongo que debe ser la idea y el guión sobre la historia que se quiere contar, en este caso el guión de manos de William Monahan, es una adaptación de la novela homónima de David Ignatius. La cual no he tenido el gusto de leer, así que no puedo hacer comparaciones, pero si he visto la película y he oído todos los parabienes que antes de su estreno ya vertían sobre ella. Por tanto puede deciros que aunque la trama podía haber sido bastante jugosa hace aguas a diestro y siniestro.

Lo que podía haber sido una historia llena de matices y giros inesperados se convierte en un cliché más y te deja un final amargo cuando como espectador esperabas un final diferente y más efectivo. Monahan ya había hecho lo propio cuando adaptó para Scorsese Infiltrados, y sinceramente en aquella adaptación le doy la enhorabuena, aunque con Red de mentiras no haya dado en el clavo. Y eso que también contaba con un gran reparto que podía haber respaldado la historia, de hecho si la película se sostiene es en gran parte por el pilar de las interpretaciones.

Por un lado Leonardo di Caprio, que afortunadamente a lo largo de los años ha pasado de tener textura de yogurín para convertirse en todo un yogur griego, cuando hace años le vi en A quién ama Gilbert Grape supuse que ese chico apuntaba maneras y guardaba un gran potencial, pero es ahora en su etapa más adulta cuando más disfruto de sus interpretaciones. Como la que lleva a cabo en Red de mentiras, muy correcto y salvando el guión.

Otro tanto podemos ofrecerle a Russell Crowe, aunque su papel podía haberse desarrollado más en profundidad. Quien me sorprendió gratamente fue Mark Strong, encarnando a Hani, el jefe de la inteligencia jordana. Su papel destila esa elegancia y misterio de los países árabes, y sobre todo de lo que en mente tenemos como un espía a la antigua usanza.

La ambientación es otro pilar de la cinta, rodada en su inmensa mayoría en territorio marroquí, en zonas como Ouarzazate, Ait Saouen o Rabat recrean a la perfección el escenario requerido.

Pero en resumidas cuentas estamos ante una película que comienza con un tono bastante ágil para ir decayendo a medida que avanza el metraje, aunque en torno a la media última hora de metraje intente retomar el tono no sabe dar el giro inesperado que esperas.

Te deja con un sabor agridulce y con la sensación de que no has obtenido lo que buscabas. De todas maneras, tampoco es tan fiero el león como lo pintan y si bien aunque su duración es cercana a las dos horas tampoco aburre y puede llegar a entretener, de hecho no dudaría en volver a verla, pues si que he sentido que con un segundo visionado podría apreciar mejor algún aspecto que se me pudo perder por el camino.

Mi nota: 6,5/10
Lo mejor: las interpretaciones
Lo peor: la insostenibilidad del guión
La escena: el encuentro entre Ferris y el líder terrorista
La frase: sabe lo que sabe todo aquel que me conoce, que soy un caballero extremadamente educado y un gran conversador.

Contenido: violencia: 4, acción: 3, intriga: 2