El Rincón de los Niños Perdidos

"No hay ensayo general, cada día es debut y despedida"

martes, julio 29, 2008

Doomsday. Serie B de Pata Negra

Por Azid Phreak

Si señores, serie B y quien diga lo contrario miente cual bellaco bucanero con la soga al cuello. Doomsday es un puro ejercicio de virtuosismo de serie B que recupera elementos de grandes producciones de algunas viejas conocidas de los 80 (especialmente de la saga Mad Max y 1997 Escape de Nueva York), mezclado con un poco de 28 Días Después. El resultado, aunque lejos de ser espectacular, es realmente bueno y entretenido.

Una plaga mortal, conocida como el virus Segador ha aniquilado a cientos de miles de ciudadanos. Desesperado, el gobierno británico evacua tantos supervivientes como puede del área infectada, para posteriormente levantar muros con el fin de prevenir el escape de los infectados, abandonando así a su suerte a los afectados. Treinta años después, el virus reaparece. El gobierno decide entonces enviar a un equipo de especialistas de élite, liderado por la Comandante Eden Sinclair, a la zona infectada para obtener una vacuna a cualquier precio. Apartados del resto del mundo, el equipo deberá luchar a través de un paisaje convertido en la peor pesadilla.

El que la señorita Sinclair (interpretada por una insulsa Rhona Mitra) aparezca enfundada en un traje negro, fusil de asalto en la mano, parche en el ojo derecho y pase toda la película pidiendo un cigarrillo, no es casualidad (sino que se lo pregunten a Plissken). Tampoco lo es que uno de sus acompañantes se llame Carpenter, que los coches de los “malos” sean prácticamente iguales a los utilizados en Mad Max, ni un sinfín de situaciones similares que nos recordarán según el propio director a Soy Leyenda, Excalibur o The Warriors, entre otras. Yo me atrevería a decir que hay una escena que me indica que a Marshall, como a mi, también le gustó El Último Boy Scout. Estamos pues ante una película que huele a entretenimiento sanote de videoclub y que nos recordará a todas aquellas VHS que disfrutábamos como enanos en compañía de los amigotes, en la casa de aquel afortunado al que abandonaban sus padres a su suerte todos los veranos.

Que nadie busque grandes efectos especiales. Neil Marshall gasta el presupuesto en hemoglobina, como ya pudimos ver en Dog Soldiers o The Descent, lo que le valió para entrar en uno de mis grupetes favoritos: el Splat Pack. El inglés sigue en su línea de no recurrir a grandes fuegos de artificio, aunque esta vez se nota un poco más el presupuesto, pero sigue regalándonos potentes escenas en las que el rojo elemento salpica (literalmente) la cámara sin ningún tipo de concesión. Sin llegar a los niveles del horror porn, hará las delicias de los amantes de la casquería, añadiendo además una historia bastante entretenida con alguna que otra escena de impecable factura.

Algo que me gustó bastante es el tratamiento que Marshall le da a la cámara. Puede que alguien lo catalogue de asemejarse demasiado a un videoclip, pero creo que la historia y el ritmo de la misma piden algo así. La escena de persecución del Bugatti, claro homenaje al final de Mad Max 2, cuenta con unos acertados planos, dinámicos a más no poder. Bien es cierto que hay planos en los que parece que el coche, un Bentley Continental Gt, va a 40 km/h aunque pretende simular una velocidad mucho mayor. Esto, que está siendo criticado por la mayoría de los críticos, es debido a que nos hemos acostumbrado a ver este tipo de secuencias rodadas con pantallas azules y Marshall aquí ha preferido homenajear a la vieja escuela y rodar la persecución a la antigua, con extras saltando encima de coches y colisiones controladas. Para mi, un acierto aunque “cante”.

La banda sonora, a cargo de Tyler Bates, retumba a golpe de rock durante toda la película, aunque también podemos encontrar un tema de Adam & the Ants y otro de los mismísimos Frankie Goes to Hollywood durante la persecución. Sin duda una gran elección para acelerar las mejores escenas.

Quizás el único fallo importante que detecté fueron las actuaciones en general. Rhona Mitra es lo que es, no nos engañemos. Físicamente es un bombón, pero tiene el carisma de una medusa. No me pareció creíble que una chica así saliera airosa de muchas de las complicadas situaciones en las que se ve enfrascada a lo largo de la película. Craig Conway, el jefe de los desquiciados punkies, es una especie de Iggy Pop histriónico que no acaba de convencerme tampoco (ojo al ridículo bailecito ye-ye que se marca con el Good Thing de los Fine Young Cannibals). Bob Hoskins y Malcom McDowell aparecen bastante poquito y sus papeles son prácticamente testimoniales (más el del segundo que el del primero). No acabo de entender como se le ha dado tan poco tiempo en pantalla a McDowell, teniendo su personaje (supuestamente) tanto peso en el desarrollo de la historia.

En definitiva, una historia que recuerda mucho, a su nivel, a Carpenter y a la saga Mad Max (con “Maese Golpeador” incluido), pero con bastantes dosis más de casquería y que logra entretener durante sus casi dos horas de duración (en la versión “uncut” estrenada en España). Recomendada para todos los amantes del cine de serie B de calidad.

Mi nota: 7/10
Lo mejor: Que entretiene de principio a fin.
Lo peor: Las actuaciones en general.
La escena: La persecución del Bugatti y las ciudades devastadas.

Contenido: Acción:3; Violencia/Casquería:4; Drama:2;

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Escuchando: The Velvet Underground - Sweet Jane
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