La Escafandra y La Mariposa de Julian Schnabel

Por lucy liu

Desde que en su día oí el título de la nueva película de Julian Schnabel, La escafandra y la mariposa, poco o casi nada me informé sobre ella. Pero el título resonaba en mi cabeza. Pasó por Cannes, donde se alzó con el premio a la dirección, y la crítica habló maravillas de ella. Obtuvo sus premios en los Globos de oro (película extranjera y director) y sus nominaciones en los oscar, pero yo seguía sin saber nada de ella. Lo único que resonaba en mi memoria era la anterior obra del director, Antes que anochezca, la cual me encantó y por la cual Javier Bardem ya fue nominado al oscar al mejor actor.

Lo poco que escuché fue la comparación que hacían con Mar adentro (Alejandro Amenabar), flaco favor para animarme a verla, pues sin considerarla mala película, eso en ningún caso, no me llegó a emocionar, supongo que la historia ya estaba demasiado trillada en los medios y para mi fue simplemente una recreación cinematográfica de los hechos. Lo cual no deja de ser lo mismo en esta película que aquí nos ocupa, con la salvedad de que la historia de Jean Dominique Bauby la desconocía.

Julian Schnabel, que principalmente discurre sus disciplinas artísticas en el campo de la pintura y la escultura, se encaminó en el séptimo arte con Basquiat, tras ésta solo dos títulos más, la ya mencionada Antes que anochezca y La escafandra y la mariposa. Si nos detenemos un segundo en analizar las tres obras encontramos un claro denominador común, lo que me lleva a pensar que Schnabel ya está especializado en mostrarnos biopics acerca de personajes relevantes del mundo artístico con un cruel final.

La escafandra y la mariposa, que toma prestado el nombre del libro homónimo de Jean Dominique Bauby, nos narra como Jean-Do, afamado redactor de la revista Elle, a la edad de 43 años a causa de una embolia queda totalmente paralizado, sumido en lo que los expertos llaman síndrome de cautiverio. A pesar de tener todo su cuerpo inerte y necesitar asistencia incluso para respirar, su mente continua ágil y su imaginación no está agotada. A través de un código, mediante el cual con ayuda del parpadeo de su ojo izquierdo va indicando las letras de las palabras que quiere expresar, consigue escribir el libro del mismo título, en que narra su diario de viaje inmóvil.

Posiblemente no sea una de esas películas llamadas a convertirse en una de mis imprescindibles, tampoco una de tantas que su único fin es el consabido entretenimiento. Y sin tildarla de obra maestra, lo que si puedo es destacar varios aspectos. Uno de ellos, la banda sonora, la cual se confunde delicadamente con las imágenes que estamos viendo. Combinando diferentes estilos que van desde Tom Waits a U2 pasando por la archiconocida La mer de Charles Trenet.

La fotografía es notable, desde que comienza la cinta es la propia cámara la que se convierte en el ojo de Bauby, desenfocando y enfocando la imagen. Y hace que el propio espectador se meta en la piel del protagonista, que vea lo que él ve y que sienta lo que él siente. Todos los fotogramas forman una piel uniforme que se enreda y desenreda a medida que los minutos pasan. Y otro aspecto, este de agradecer, es el tratamiento de la historia, no cae en el fácil sentimentalismo, ni en la lágrima fácil – de hecho yo no solté ni una-. No es que esté carente de emoción o de sentimientos sino que la historia nos la muestra tal cual es, dándonos las claves para que las interpretemos y centrándose más en la esperanza y las ganas de vivir que en el patetismo de la situación.

A estos tres puntos destacables, en mi opinión, se le une el acertado elenco de actores, desde el protagonista Mathieu Almaric, Emmanuelle Seigner, Olatz López Garmendia (esposa del director) o el mismísimo Max Von Sydow. Aunque en un principio el actor que se barajó para dar vida a Jean Dominique fue Jhonny Deep, un problema de agenda y el deseo final de rodar totalmente en francés lo descartó.

Como curiosidad, decir que la cinta está rodada en los escenarios reales en los que el propio Jean Dominique estuvo. Según el director esto era clave a la hora de abordar la historia, el poder rodar en el mismo hospital en el que estuvo ingresado, el Berck Maritime, pues no concebía la película de otra manera.

Así que sin llegar a emocionarme del todo, puede que me haya vuelto un poco benévola este año y estoy intentando sacar todo lo bueno, le doy un aprobado a la cinta. Habrá quien la considere una obra maestra, pero por el momento de la corta , pero intensa, filmografía del director me sigo quedando con Antes que anochezca, y no por su protagonista, que nadie vaya a pensar mal.

Mi puntuación: 6,5/10
Lo mejor: el tratamiento de la historia
Lo peor: no me ha emocionado al 100%
La escena: los títulos de crédito
La frase: ¿Había estado ciego y sordo, o había sido necesaria la severa luz del desastre para encontrar mi verdadera naturaleza?

Contenido: Drama:3,