Por lucy liu
El pasado domingo 19, se cumplieron treinta años de la desaparición del histriónico Groucho Marx, más conocido en su casa como Julius Henry Marx. Falleció en Los Angeles a los 86 años de edad a causa de una neumonía, dejando a sus espaldas tres ex esposas, tres hijos, 18 películas, cinco libros y un humor inclasificable.
Nacido en el seno de una familia de alemanes judíos, que había emigrado a Estados Unidos, Groucho nació en Nueva York. Desde muy joven ya dio muestras de su talento interpretativo y cómico, lo que le llevó a la edad de quince años a debutar en un espectáculo como cantante solista. A esa etapa le siguió sus andanzas en el bodevil junto a sus hermanos. Aunque fue en la década de los 30, 40 cuando Groucho, junto con sus hermanos triunfaron en la gran pantalla con películas como Una noche en la opera, Sopa de Gansos o el Hotel de los líos, gracias a un contrato que firmaron con la Paramount.
De mi niñez recuerdo alguna que otra película de las sobremesas, aunque hacia ya algunos años que Groucho no estaba entre nosotros. Me encantaban los diálogos que tenían y lo caóticas que eran, en una palabra me hacían reír. Con los años de todos son conocidas las frases de Groucho que han pasado a la posteridad y que más de uno hemos utilizado en alguna ocasión. Hoy en día, gracias a las reediciones podemos seguir disfrutando de sus películas y de ese humor negro y ácido que les caracterizaba.
Desde aquí que esto sirva como pequeño homenaje a un gran cómico de la escena y recordad, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.
El pasado domingo 19, se cumplieron treinta años de la desaparición del histriónico Groucho Marx, más conocido en su casa como Julius Henry Marx. Falleció en Los Angeles a los 86 años de edad a causa de una neumonía, dejando a sus espaldas tres ex esposas, tres hijos, 18 películas, cinco libros y un humor inclasificable.
Nacido en el seno de una familia de alemanes judíos, que había emigrado a Estados Unidos, Groucho nació en Nueva York. Desde muy joven ya dio muestras de su talento interpretativo y cómico, lo que le llevó a la edad de quince años a debutar en un espectáculo como cantante solista. A esa etapa le siguió sus andanzas en el bodevil junto a sus hermanos. Aunque fue en la década de los 30, 40 cuando Groucho, junto con sus hermanos triunfaron en la gran pantalla con películas como Una noche en la opera, Sopa de Gansos o el Hotel de los líos, gracias a un contrato que firmaron con la Paramount.
De mi niñez recuerdo alguna que otra película de las sobremesas, aunque hacia ya algunos años que Groucho no estaba entre nosotros. Me encantaban los diálogos que tenían y lo caóticas que eran, en una palabra me hacían reír. Con los años de todos son conocidas las frases de Groucho que han pasado a la posteridad y que más de uno hemos utilizado en alguna ocasión. Hoy en día, gracias a las reediciones podemos seguir disfrutando de sus películas y de ese humor negro y ácido que les caracterizaba.
Desde aquí que esto sirva como pequeño homenaje a un gran cómico de la escena y recordad, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.
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