Tras el genuino Soberano, que pudisteis ver aquí la semana pasada, aquí os dejo la "secuela". Fue dirigida por Daniel Azancot en 2003. Esta vez, la historia se aleja del ambiente gamberro de la primera para adentrarse en un terreno más dramático y más pausado que su predecesora. Sinceramente, si no fuera por el título no podría llegar a relacionar ambas historias. El ritmo tampoco tiene nada que ver, pudiendo esta parecer lenta y tediosa en un principio, aunque recomiendo el visionado, pues la historia tiene su lógica una vez concluida.Recuerdo que la primera vez que la vi, esperaba que en cualquier momento aparecieran algunos de los protagonistas del primer corto haciendo de las suyas. Incluso desee que Najwa Nimri de repente y sin previo aviso, saltara sobre una cama y pataleara cual Laura Dern en Corazón Salvaje al ritmo de un rift de guitarra. Quizás fue por eso por lo que tuve que volver a ver la historia una vez comprobado que el "efecto canalla" había desaparecido. Fue entonces cuando capté la belleza del corto, de sus pausas y de la sensación de libertad que experimenté cuando los títulos de crédito invadieron la pantalla al compás del tema de Najwa. Un consejo: "No lo comparéis. Disfrutadlo."
1 chismorreos:
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