Herencia

Por lucy liu

Me gustaría comenzar esta sección “no oficial” de filmoteca de cabecera con una película argentina del año 2001, aunque a España llegó un poco más tarde. Si no hay contraprogramación esta noche la proyectan en la 2, buena oportunidad para verla aunque sea plagada de anuncios, si no ya sabéis, está el DVD. La película en cuestión es Herencia, llegó a mis manos hace un tiempo y me emocionó tremendamente.

Herencia, opera prima de la directora argentina Paula Hernández, nos adentra en una historia de amores y amistades, de segundas oportunidades dentro de un marco costumbrista, sin demasiada parafernalia. Olinda (Rita Cortese) es una italiana emigrada a Buenos Aires hace ya muchas décadas, la cual regenta un restaurante italiano con su mismo nombre, Peter (Adrian Witzke) es un turista alemán que llega a Buenos Aires en busca del amor, una chica con la cual se cartea y de la que no tiene noticias desde hace un año. Federico (Martín Adjemián) es un cliente habitual de Olinda. Sobre ellos y los habituales al restaurante gira la historia. Todo comienza cuando Peter recala en Olinda de la manera más peculiar y se instala allí. La historia se irá sucediendo tranquilamente, un día tras otro, pero cada personaje irá abriendo su corazón, sus sentimientos, sus vivencias. Todos buscan algo, el amor, la oportunidad, el poder reconciliarse con su pasado o con su futuro.

Cuando termina la cinta la sensación que te embarga en la de la esperanza, una bocanada de aire fresco que te azota la cara y te dibuja una sonrisa, mientras una leve lágrima recorre tu rostro.
Es increíble, o no, cómo una película sin ningún artificio, solo con el acierto del guión y sus actores puede conmover tanto. Una historia cotidiana, como la vida misma es suficiente para hacer una película redonda.

Sobre sus actores, que decir, su interpretación me pareció magistral, Rita Corsese una habitual del cine argentino y sobretodo de series televisivas del país, nos trasmite las ganas de vivir, a pesar de la melancolía que la embarga. Adrián Witzke, es elogiable el papel que hace, quien no sabía ni una palabra de español antes de rodar Herencia borda el papel de chico perdido que busca y encuentra. De Martín Adjemián, fallecido recientemente, es notoria toda su carrera en la que a cada personaje le imprimía su carácter, en la película que nos concierne interpreta a un hombre enamorado en silencio a través de los años pero a pesar del paso del tiempo no se rinde.

Después de verla, leí alguna cosa sobre ella y pude comprobar como a esta opera prima la colmaron de premios y elogios en todos los festivales a los que iba, cuestión del todo merecida a mi entender.

En alguna ocasión ya he emitido mi gusto por el cine argentino, por ser un cine que retrata a la perfección los problemas cotidianos, el sentir del ser humano, y Herencia es una prueba más de ese reflejo. Al fin y al cabo el motor que mueve el mundo es el amor en todas sus formas o por lo menos eso es lo que debería ser.

Os invito a que veáis la cinta, os ayudará a desenterrar los sentimientos que todos llevamos dentro.